Canelo venció a Munguía y retuvo el titulo mundial superwelter

Canelo Álvarez se lució ante un voluntarioso Jaime Munguía en una de sus mejores actuaciones de los últimos años.


LAS VEGAS — No hubo polémica en absoluto. Los Canelo fans están de fiesta, así como rumian sus heridas los Canelo haters después de su victoria convincente sobre su compatriota mexicano Jaime Munguía en la T-Mobile Arena la noche del sábado 4 de mayo.

Una de las frases más recurrentes del boxeo asegura que “los estilos hacen las peleas” y así sucedió en la Ciudad del Pecado. Canelo Álvarez mostró por qué es el rostro del deporte, diría que se lució como hacía rato, para agenciarse una victoria unánime (117-110, 116-111 y 115-112) y retener los cuatro cinturones de campeón supermediano.

Su pareja de baile, Jaime Munguía, un joven hambriento de gloria de 27 años, no desentonó, al ser el partenaire que necesitaba su oponente para demostrar que a los 33 años no está acabado como algunos creen.

Munguía no vino a cobrar a Las Vegas. No sufrió amnesia boxística. Se paró a irrespetar al experimentado campeón para dar el batacazo en la primera contienda por un campeonato indiscutible entre mexicanos en la era de los cuatro cinturones (1988).

Y esa actitud, la apreciamos.

Su irreverencia, acuñada desde el primer asalto, hizo recordar aquella contienda entre Floyd Mayweather y un imberbe Canelo en septiembre de 2013. Entonces el maestro dio una cátedra al impetuoso juvenil, la noche del sábado sucedió algo muy parecido.

Al propio Óscar de La Hoya, promotor del retador y que se había enfrascado en una reyerta verbal con su antiguo apoderado en la previa de la pelea, no le quedó alternativa que darle el crédito en la conferencia posterior a la pelea.

“Siempre he dicho que [Canelo es] un buen peleador en el ring, pero esta experiencia para Jaime lo llevará a otro nivel. Es como Mayweather y Canelo… Canelo recibió una educación y luego se convirtió en la cara del boxeo”.

En mi tarjeta Munguía ganó los primeros tres rounds a puro volumen de golpeo. Parecía una máquina de lanzar golpes. Del otro lado de la acera, un Canelo paciente estudiaba a su presa mientras escuchaba como la platea, que desde hace mucho tiempo tiene en el bolsillo, rugía a favor del retador.

Pero que las aguas estuvieran divididas, algo natural porque Munguía también es mexicano, no provocó que Canelo perdiera los papeles pese a tragarse varios golpes contundentes. Con una sangre fría pasmosa, se mantuvo ajustado a su plan de combate.

Después de tres rounds, y cartografiado el objetivo, Canelo comenzó a soltar sus manos. Ya se escuchaban los alaridos de los fanáticos en dos sentidos. Un upper de derecha provocó el cambio de tendencia y ahí acabaron las aspiraciones del hasta entonces invicto Munguía.

Un monologo. A partir de ese instante el maestro le dictó a su pupilo una clase de boxeo a la riposta y poder de golpeo. Cada vez que Munguía intentaba cambiar el orden de las cosas, recibía un regaño en la forma de contundentes golpes a las zonas blandas y la cabeza. Eso lo hacía retroceder

“Me tomo mi tiempo, por eso tengo mucha experiencia. Es un gran peleador, es fuerte, es inteligente. Tengo 12 asaltos para ganar la pelea. Lo hice muy bien y me siento muy orgulloso de ello”, dijo el monarca indiscutido tras el combate.

Canelo se dio el lujo hasta de probar un arma nueva: el gancho descendente que tanto sufrió en su trilogía ante Gennadiy Golovkin y que era el sello patentado del kazajo.

Fue una pelea entretenida porque Munguía no renunció a pelear. A pesar de sentirse abrumado, continuó apostando por la victoria como buen guerrero mexicano que nunca se siente perdido.

“Hice lo mejor. Pienso que al principio gane algunos de esos rounds. Iba bien, deje ir mis manos, pero obviamente él es un peleador con enorme experiencia. Desafortunadamente él me venció”, declaró Munguía todavía subido en el ring.

Después de esta clase, la marca Canelo se revitalizó ante los fanáticos y los medios, al menos parcialmente. Las insípidas victorias sobre John Ryder y Jermell Charlo son cosas del pasado.

Sin embargo, el hecho de escoger a Munguía sobre David Benavidez, la pelea que realmente la gente quería -y quiere- ver, todavía provoca suspicacias. ¿Escogió a Munguía porque su estilo brinda a Canelo la posibilidad de lucirse?

Desde mi perspectiva, diría que sí. No fue la primera ni será la última vez que lo haga.

No seamos ingenuos. Canelo sabía de las deficiencias defensivas de su oponente. De hecho, reveló al finalizar el combate: “él es un poco lento; puedo ver cada golpe. A veces, me atrapaba porque tenía demasiada confianza…”. No olvidar el detalle de que él es uno de los mejores contragolpeadores del deporte.

Fuera cierta o falsa esta suposición, septiembre está a la vuelta de la esquina y Canelo aseguró que “si el dinero es adecuado, puedo pelear contra (Benavidez) ahora mismo. Me importa un carajo. Es sólo una cuestión de dinero en este momento. Todo el mundo está pidiendo todo.

“Cuando peleé contra (Erislandy) LaraAustin TroutMiguel Ángel Cotto(Floyd) MayweatherBilly Joe Saunders y GGG, todos dijeron que no quería pelear contra ellos, y peleé contra todos ellos. Así que ahora mismo… Puedo hacer lo que yo quiera”.

Esperemos que aparezca el dinero correcto y Canelo cumpla su palabra de enfrentar a Benavidez. A fin de cuentas, ser el rostro del deporte brinda beneficios, pero también implica responsabilidades.

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